Entre finales del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, centenares de miles de inmigrantes italianos llegaron a la República Argentina, y contribuyeron de una manera significativa a moldear el carácter de esta joven nación. Entre ellos, durante los años 1922 y 1923, llegaron desde Agnone MICHELE DIANA y BAMBINA LA CIVITA, joven matrimonio buscando un futuro mejor.
Se afincaron en la ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Villa del Parque y trabajaron duramente para salir adelante, en un país que por ese entonces brindaba muchas posibilidades a las personas trabajadoras. Michele, que había "castellanizado" su nombre como Miguel, se dedicaba como un auténtico artesano a la elaboración de plumeros, a la vez que cuidaba su huerta en pleno Buenos Aires, donde los limones y otras especies que plantaba le servían para recordar a su tierra natal.
Radicados definitivamente en este país, tuvieron tres hijos: Angela, Félix y Roberto Miguel.
Este último, nacido en 1938 en Buenos Aires, se casó en 1965 con Norma Irene Tortelli, descendiente de italianos (su abuelo paterno era Domenico Stefano TORTELLI SUFFREDINI, de la ciudad de Castelnuovo di Garfagnana, en la provincia de Lucca, Toscana y un bisabuelo paterno era Giovannangelo GERONIMO ZARLENGA, de la ciudad de Pietrabbondante, en la provincia de Isernia, Molise, muy cercana a Agnone) y de españoles (andaluces y gallegos).
Tuvieron 4 hijos, segunda generación de molisanos en la Argentina: Carlos Alberto, Marisa Inés, Mariela Cecilia y Leonardo Martín. A partir de ellos, 8 nietos ya configuran la tercera generación de molisanos. ¡Vamos por más!
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